2010/12/20

"El problema de la integración del alumnado inmigrante pasa por la escuela"

III. Jardunaldian Salamanca-ko Unibertsitateko Soziologiako katedraduna den Mariano Fernandez Enguitaren partaidatza iza zuten “Escuela, Inmigración y Ciudadanía” ponentzia azaldu zuelarik. Enguita jauna desberdintasun sozialen inguruko hainbat azterketetan buru belarri jardun du azken urte hauetan. Hori dela eta, besteak beste, argitaratu dituen liburuak: "Trabajo, escuela e ideología, Integrar o segregar, La cara oculta de la escuela: Educación y trabajo en el capitalismo, Educación, formación y empleo, La profesión docente y la comunidad escolar, La perspectiva sociológica y Alumnos gitanos en la escuela paya".
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¿El volumen de alumnado inmigrante que ha llegado estos últimos años a España ha cogido a la escuela “por sorpresa”?

De  todo  punto. Ha  cogido  por  sorpresa  a  toda  la  sociedad  porque  éramos  un  país  de  emigrantes, porque  estábamos  en una  esquina  de  Europa  con  menos  flujos  de  transfronterizos  que  otros, porque  nos  considerábamos  y  nos  consideramos todavía  un  país  pobre. Pero,  sobre  todo,  ha  cogido  por  sorpresa  al sistema  educativo, que  había  vivido  sus  primeros  ciento veinticinco  años, si  contamos desde  la  Ley Moyano, sin  enterarse de que había minorías concentradas en ciertos territorios (catalanes, vascos, gallegos…) o  dispersas  en  todos  ellos (gitanos). Aquí  no  se  trata  ya  sólo  de  una  sorpresa, sino  de  que  la  institución  ha  sido  cogida  con  el  paso  cambiado, como  no  podía  ser  de  otro  modo  dada su inherente vocación uniformista y uniformizadora.



¿Los nuevos retos que se le han planteado a la escuela con esta llegada de alumnado inmigrante podrían catalogarse de “problema escolar”?

Escolar y extraescolar -no escolar, o no simplemente escolar-, a la vez. Por un lado se trata de un problema de integración mucho más amplio, que desborda con mucho a la escuela. Por otro, sin embargo, es un problema cuyo tratamiento a largo plazo pasa ante todo y sobre todo por la escuela, pues ninguna otra institución reúne a la vez la condición de ser o poder ser un microcosmos social, es decir, un escenario tan variado como la sociedad misma, y en particular el escenario de un potencial guión integrador, de una experiencia a la vez pensada y reflexiva, nacida del propósito de integrar y de convivir, no de los encuentros fortuitos.


¿El profesorado, como profesionales que ejercen su labor en la escuela, utilizando una expresión que se escucha últimamente con cierta frecuencia, es parte de ese “problema” o es parte de la solución?

Digamos que el profesorado es parte de la cuestión, pero que está por ver si es parte del problema, parte de la solución o parte del paisaje. Como ya he dicho, la escuela es una institución uniformizadora, y su personal, el profesorado, ha sido formado en consecuencia, lo sepa o no él y lo supieran o no quienes lo hicieron. Paradójicamente, el profesorado de las “nacionalidades históricas” protagoniza hoy una labor tan brutalmente uniformizadora como la que en su día protagonizó el del franquismo, sin represión política pero con tanta o más intolerancia cultural: no podía ser de otro modo, pues construir una nación es eso, borrar las diferencias internas y apuntalar las externas a un grupo más o menos arbitrariamente definido...(jarraitu hemengo web orrialdean)

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